Por pequeños que sean los pueblos todos tienen su historia, sus tradiciones y sus costumbres que con el paso de los años han ido configurando su patrimonio cultural. Este es el caso de Navas de Estena en plenos Montes de Toledo.
Gran parte de esa cultura popular pasaba de generación en generación de forma oral, pero ese canal se ha ido perdiendo poco a poco en gran medida debido al despoblamiento provocado por la emigración, al envejecimiento de la población, por los cambios producidos en los modos de vida e incluso por la influencia de los medios de comunicación.
En nuestra localidad, al igual que ocurrió en todo el medio rural, muchos jóvenes se vieron obligados a abandonar el pueblo en busca de un futuro que les era negado allí y sin duda se puede afirmar que la gran mayoría no lo hizo por gusto, fue por necesidad. Marcharon a zonas urbanas para trabajar en la construcción, la industria y en el sector de servicios. Se tuvieron que adaptar a una nueva forma de vida y a unos ritmos muy distintos a los que estaban acostumbrados, debiendo poner por su parte buenas dosis de tesón y sacrificio para conseguirlo. No echaron en el olvido su pueblo, sus raíces, sus gentes. Siempre que podían regresaban al lado de sus mayores. Mantuvieron en pie la casa familiar o construyeron una nueva con la idea de no perder sus vínculos con la localidad que los vio nacer y crecer. A pesar de tener presentes sus orígenes, con el paso del tiempo se fue desdibujando mucho de lo aprendido, de lo vivido en el pueblo e incluyo ya no sentían la necesidad de transmitírselo a sus hijos adaptados ya a un medio muy diferente.
De todas formas, se debe tratar de mantener el recuerdo de las generaciones pasadas, de aquellas mujeres y hombres que tantos sacrificios realizaron por sacar adelante a sus familias y de cómo durante generaciones se vieron sometidos a situaciones injustas, incluso hasta el punto de no disponer de tierras propias de las que obtener su sustento. Todos ellos fueron capaces de transmitir valores muy importantes, dieron sobradamente ejemplo de lo que ahora se ha venido en llamar resiliencia puesto que supieron sobreponerse a las dificultades, fueron capaces de superar las adversidades y sacar fuerzas para llevar adelante sus vidas.
No se trata de vivir anclados al pasado, hay que evolucionar y mirar hacia el futuro, pero teniendo presente de donde venimos.
No podemos olvidarlo. ¡Se lo debemos!